En el video analizado, el Papa Francisco expone con firmeza los peligros del juego online, al que describe como un “casino en cada hogar”, considerándolo un verdadero destructor social. Su advertencia apunta a visibilizar la gravedad de la ludopatía, no solo como una cuestión económica, sino también como un atentado contra la dignidad de las personas, particularmente de los trabajadores y de los sectores más vulnerables.
Su expresión “meterle la mano en el bolsillo a la gente” me parece la mas importante, refleja cómo estas plataformas digitales terminan apropiándose del esfuerzo de los trabajadores y de los más vulnerables, disfrazando la pérdida de dinero con la falsa sensación de entretenimiento. El acceso inmediato desde los celulares potencia aún más el peligro, ya que transforma el dinero en “fichas digitales” que se recargan fácilmente y que, al inicio, no parecen representar un riesgo. Sin embargo, esta dinámica lleva a que muchos terminen arriesgando todo de manera compulsiva que pueden arruinar la vida de muchas personas, como las jubiladas a las que hace referencia el Papa.
Creo que la frase no solo aclara la indignación de Bergoglio, si no que también lo expone como la figura y persona que fue. Teniendo un poder tan grande de influencia y siendo la cara de una de las religiones más importantes, estaba en la constante lucha de proteger a los más vulnerables y dando mensajes de gran significado a los jovenes y a la sociedad en general, como lo fue en este caso. Siendo cercano a la gente, adentrándose en temas delicados y sin que le temblara el pulso a dar su opinión, hacen que el Papa Francisco, o Bergoglio, sea una de las figuras más queridas de la historia argentina.
Desde una perspectiva educativa y social, el mensaje del Papa Francisco invita a promover ámbitos de juego y deporte que sean sanos, en los cuales la tecnología se utilice como recurso para aprender y recrearse, y no como un factor que favorezca la adicción. Asimismo, su discurso subraya la necesidad de prevenir la ludopatía a través de la sensibilización, la formación y el acompañamiento de las familias, remarcando que la detección temprana y el fortalecimiento de los valores comunitarios resultan fundamentales para reducir los riesgos vinculados al juego online.
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